El fin del Ciclo No Nómade

El pasado sábado 2 de diciembre de 2017 tuvo lugar la última edición del Ciclo No Nómade en lo que durante sus últimos años fue su base de operaciones, Detroit Club, en Morón. Me gustaría pensar este post a través del siguiente interrogante ¿Qué es lo que lleva un ciclo con continuidad de 10 años a terminarse?

Historia del Ciclo

El No Nómade comienza a gestarse a partir del gesto camarada de la banda de zona oeste Proyecto Quasar junto con Mariano Raccio en el año 2008 de empezar a generar espacios donde compartir una nueva escena emergente de bandas de géneros que tuvieron un nuevo auge en el mundo durante los 90’s, y 2000’s y en Argentina sobre todo post-Cromañón como el rock progresivo, stoner, math rock, etc. De esta manera una de las primeras fechas del Ciclo en 2010 contaba con bandas que hoy son paradigmáticas de esta generación de músicos, como lo son Proyecto Quasar, Humo del Cairo y Defórmica.

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Esporádicamente fueron organizando fechas con bandas «del palo» a medida que éstas fueron completando la escena. Finalmente, a partir de 2013 concretaron un lugar fijo (haciéndole honor a su nombre) para los recitales, en Detroit Club; un lugar nuevo en Morón (zona oeste del GBA), que pronto se ganará la simpatía al cobijar a los consumidores del rock emergente.

Organizadas una fecha por mes a partir de ese momento, en total por el ciclo pasaron al menos 80 bandas, todo un récord. Todas las bandas afines a la definición estética del ciclo en algún momento pasaron por él. Todas las bandas del circuito lo conocían y casi todos se comieron el viaje a Morón para luego hacerlo valer la pena frente a la mejor música de la escena. A destacar es que la mayoría de las fechas del ciclo fueron gratuitas.

Para lograr mayor difusión, en el último año comenzaron a publicar compilados de las bandas que pasaron por el ciclo, acompañadas por poesías de Javier Tossi (con una estética muy conurbano) y con tapas ilustradas por los grandes dibujantes y artistas visuales afines como Matias Rodriguez, Jack Ledesma, Matias Guti, Manuel Díaz Vigo, Julian Romero y La Ranolina.  Esta variedad de artistas aporta una disposición casi de collage al Ciclo, basada en la idea de unidad en valores frente a la diversidad de estilos. Además llegaron a crear un canal de youtube junto a Pánico Films llamado Proyecto No Nómade, con entrevistas para conocer mejor a los músicos. Esta inclusión de disciplinas más allá de la música permite ampliar el horizonte artístico.

Última fecha del Ciclo con Pasajero Luminoso

La última edición del ciclo tuvo lugar el pasado sábado 2 de diciembre. Detroit Club albergó una fiesta de colores de la mano de la banda Pasajero Luminoso, comandada por Leopoldo «Pepo» Limeres, ex teclas/sintetizadores de Pez desde 2004 hasta 2011, la mejor época de la banda en mi opinión. No puedo mencionar esta banda sin destacar su nivel de arreglos, composición, técnica de ejecución y claridad en el audio, a los que no estamos acostumbrados en una escena que se caracteriza más bien por una caótica catarsis de imágenes de difuso y distorsionado contorno. La manera de tocar de Pepo es hipnótica, atrapando la atención de la audiencia con progresiones armónicas jazzeras y melodías emotivas de una frescura y espíritu rock. Celebro que hay algo en la banda que hace que se acerque más a los circuitos alternativos que al elitismo que suele predominar para los músicos de jazz. Tendrá que ver con el pasado rockero de Pepo pero de seguro con la idiosincrasia e ideología de la banda.

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La noche la cerró Proyecto Quasar, en su formato actual de quinteto. Siendo una banda caracterizada por la sutileza de arreglos en todos sus instrumentos y en voces, dieron un show cargado de distorsión, actitud y rock. Invito a quienes no la conozcan a escuchar lo que en mi opinión es una de las propuestas más completas que tiene esta escena: temas largos, conceptuales, con giro poético en las letras, armonización de voces, compases poco usuales, muchos arreglos en todos los instrumentos. Todo esto con influencias de Radiohead, Pez y todos los proyectos de Omar Rodriguez-López y la voz de Emanuel Loyola cargada de una desgarradora y, de a momentos, trágica transparencia emotiva. Rock progresivo sin mezquindades. La banda trajo a su bebé nuevo que es su último disco «Donde los pájaros sienten temor: Conspiranoia» editado en vinilo a través del sello Chancho Discos, que estarán presentando próximamente en El Emergente de Almagro junto a Sur Oculto y Proyecto Da Silva.

 

Sobre el fin del Ciclo

Cuando uno pregunta, con desazón, la razón de la decisión que tomaron tanto Proyecto Quasar como Mariano Raccio de no organizar más fechas del Ciclo No Nómade la respuesta es que quieren dedicarse más a la producción de fechas para su banda. Se quemaron. Llevar al hombro un ciclo durante 10 años con más de 80 bandas y con muchas fechas gratis es un trabajo colosal que es raramente reconocido. No es casual que Proyecto Quasar haya sido la banda que más cuesta arriba tuvo su trayecto dentro de las pioneras de estos géneros señalados, siendo la que más apostó a la solidaridad entre bandas y a las prácticas colectivas. Fueron a contra corriente. Se nota cierta desilusión por parte de los organizadores en la poca retribución que recibieron.

La mera existencia de un ciclo de artistas masivo que nuclee a todas las bandas de la escena, sin darle lugar a centralización, personalización y exclusividad a la hora de elegir bandas, es en sí mismo una postura política. El Ciclo No Nómade se declaró abiertamente, en palabras y prácticas, en favor de generar los espacios y la difusión necesarios para que cada artista pueda tener su lugar y no quede nadie fuera: «un espacio de igualdad cultural», como reza su lema. Ir a contramano de las exigencias del sistema, en tanto apostar a estéticas y prácticas contra-culturales fue un precio que tuvo que pagar.

Ante este escenario creo que debemos tomar el Ciclo No Nómade como el gran ejemplo de que el camino es la autogestión. Ante los gigantes del mercado de la música, con sus fechas masivas, con su cobrar para tocar, con sus puertas cerradas para todas las grandes bandas, con su megalomaía, rockstars y marketing insoportable, autogestión. Donde se cierra un ciclo, que abran mil y tengan el mismo espíritu fraterno y autogestivo. Esa debe ser nuestra respuesta.

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